and fetishes:
About me
Aquella mañana, la clase se centraba en la vida en Roma en el siglo I d.C. El profesor describía con pasión los acontecimientos que marcaron la época y las vidas de las personas que vivieron entonces. Valeria escuchaba atentamente, tomando notas y absorbiendo cada palabra. Terminada la clase, volvió a casa con una extraña sensación, como si algo importante estuviera a punto de revelarse.
En su apartamento, Valeria decidió explorar el ático, un lugar que siempre había sentido como lleno de secretos. Entre viejas cajas y recuerdos familiares, encontró un baúl antiguo que nunca había visto antes. Con esfuerzo, logró abrirlo y descubrió en su interior un medallón de apariencia antigua y algunos documentos envejecidos.
Curiosa, tomó el medallón en sus manos. Los documentos, al parecer escritos por sus padres adoptivos, confirmaban una verdad que nunca había sospechado: Valeria era adoptada. Se quedó sin aliento, incapaz de comprender por qué sus padres le habrían ocultado algo tan importante. Mientras sus pensamientos se arremolinaban, sus dedos tocaron el medallón y, de repente, un destello cegador llenó la habitación.
Cuando recuperó la conciencia, todo a su alrededor había cambiado. Ya no había rascacielos ni el bullicio de Nueva York. Se encontraba en una ciudad antigua, con edificios y calles de piedra. Al mirarse, notó que sus ropas habían cambiado; vestía una túnica de lino y sandalias de cuero. Desconcertada, buscó algún reflejo y al encontrar uno, quedó atónita al ver que su cabello ahora era negro como el ébano. Aparte de este cambio, todo lo demás en ella parecía igual.
Mientras intentaba comprender lo que había sucedido, un hombre se le acercó y le habló en latín, un idioma que había estudiado en sus clases. "Ave, ¿estás bien? Pareces desorientada," le dijo con preocupación.
Valeria respondió con lo poco que recordaba del idioma. "Sí, estoy... bien, creo. ¿Dónde estoy?"
"Estás en Roma, claro," respondió el hombre con una sonrisa. "¿Qué año es?" preguntó Valeria, su corazón latiendo con fuerza.
"Estamos en el año 38 después de Cristo, por supuesto," respondió él, mirándola con curiosidad.
Valeria sintió que el mundo giraba a su alrededor. Había viajado en el tiempo. Atrapada en una época desconocida, su mente se llenó de preguntas. ¿Cómo había sucedido? ¿Cómo podría volver a su tiempo? Pero primero, debía adaptarse y sobrevivir en esta Roma antigua, y quizás, en el proceso, descubrir más sobre sus verdaderos orígenes y el propósito de su viaje temporal.